Conferencia de Luis Castro: "La solidaridad en armas. El contexto histórico de las Brigadas Internacionales. (75º aniversario del campo de concentración de San Pedro Cardeña)

Les invitamos a  leer íntegramente  la conferencia impartida por Luis Castro Berrojo (profesor de historia y ex-concejal del ayuntamiento de Burgos por IU) con motivo del homenaje a los brigadistas internacionales encerrados en el campo de concentración de San Pedro Cardeña con motivo de su 75º aniversario.

La falta de reconocimiento a estos luchadores de la libertad por las instituciones del Estado, lleva al autor a fijar su atención sobre la llamada Transición.  Para Castro, la muerte de Franco, no supuso el fin del protagonismo de los clanes franquistas en la política española, y es donde se fraguó el déficit democrático del sistema actual, que provoca aún que nuestro país sea "incapaz de saldar cuentas con su pasado y asumir sin reservas una memoria histórica."

Castro señala que las Brigadas Internacionales fueron el espolón de proa de un fenómeno más amplio "de solidaridad internacional respecto a la II República".  El nacimiento de ésta, había supuesto el renacimiento de la esperanza para muchas personas, en un contexto histórico de ascenso al poder de regímenes autoritarios de corte fascista en todo el continente.  Dentro de los apoyos a la II República Castro subraya la importancia de la militancia de los intelectuales que contrastó con el desinterés y aislamiento al que sometieron a la misma las democracias occidentales. 

Los brigadistas, afirma el conferenciante, fueron voluntarios comunistas, socialistas, anarquistas, y otras personas sin filiación comprometidos con la lucha contra el fascismo.  A este respecto Castro hace suyas las palabras de Pasionaria al decir de ellos que "vinierona luchar por la libertad de sus países en el suelo de España".   Hubo unos 35.000 voluntarios, lo que supone aproximadamente el 5% del total de efectivos, sin embargo sí tuvieron relevancia en momentos clave, especialmente en la Batalla de Madrid en la que su llegada in extremis evitó la caída de la capital en 1936. 

La mayoría de los brigadistas no tuvieron una vida fácil.  Muchos no pudieron volver a sus países, otros continuaron su lucha contra el fascismo durante la II Guerra Mundial.  A pesar de todo,  como señala en un emotivo final, la mayoría de ellos continuó siendo rebelde, y "contribuyó a hacer esa terrible época algo menos sórdida e indigna".