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sábado, 12 de enero de 2013

El Rey Gaspar

Espero y confío que los padres de los menores de 10 años no cometan la barbaridad de dejar que sus vástagos alcancen si quiera la vista para leer este blog, dado que no sería bueno para su salud mental ni para su posterior desarrollo. Es por ello, y confiando que la sociedad que sufro y me sufre no se haya vuelto loca, que desde este rincón cibernético pueda “gritar” a los cuatro vientos que los Reyes Magos no existen. Sí ya sé, no estoy diciendo nada más que una obviedad, pero sinceramente no sabía muy bien cómo introducir la descabellada idea, pero no por ello menos verosímil, de que en esta ciudad puede ocurrir de todo y casi nunca bueno, o al menos a mi juicio aleccionador.

No es menos cierto que, al fin y al cabo, se llegaron a hacer novenas en cierta iglesia de raigambre en la ciudad como recordatorio (no era más que una forma de presión más) de que un hijo adoptivo de la ciudad, el pobrecito, había dado con sus huesos en la cárcel, y luego, si no lo era ya, convirtiose en uno de los hombres más poderosos e influyentes en la superestructura política y económica de alcantarilla practicada en Burgos y en Castilla y León por el Partido Único. Así que tampoco resulta nada extraño que anuncie como exclusiva exclusivísima que otro sibilino ex delincuente sentenciado y condenado se haya convertido en estas navidades en el Rey Gaspar.

Según fuentes cercanas a este blog el afortunado fue D. Baudilio Fernández Mardomingo, a la sazón Delegado Territorial de la Junta en Burgos. Y también dicen las malas lenguas que tras probarse el atrezzo no se vio en sí mismo y quiso cambiárselo a Melchor, pero éste sabiendo que ya había rumores de quien iba a ocupar el papel de Gaspar le dijo que “de eso ná”, no fuera a ser que más de un burgalés con ganas de usar la honda le soltara un cantazo.
    
La verdad, nunca he sabido cómo funciona la elección de los reyes magos en una ciudad ni tampoco me lo había preguntado, pero si alguien me hubiera hecho la pregunta quizás habría pensado en personas que cayeran bien a todo el mundo relacionadas con temas que no produjeran controversia o que hubieran llevado el nombre de la ciudad a todas partes. Pero con esto queda claro que estas no son necesariamente los méritos para este Ayuntamiento.

Y así sucedió que el día 5 de enero de 2013 a las 18:00 nuestro amigo y nunca bien ponderado  D. Baudilio salió elegantemente vestido como un niño con zapatos nuevos. Allí estaba en su trono y su carroza embebido por la magia del momento tras conseguir la mayor proeza de su vida, quizás incluso creyéndose el rol acometido.

Sé que podría hacer sangre y demagogia barata imaginándome a ese Rey repartiendo caramelos y disfrutando al ver a la plebe empujándose por las migajas que su real majestad desechaba o riéndose con maldad mientras pensaba en esos cariacontecidos e ilusionados niños como pobres víctimas de un sistema social indigno e indecente, con su educación hundida y su salud robada… Pero no lo vamos a llevar más allá porque el rey Gaspar en realidad no es más que el lado tierno e inocente de un ciudadano que quizás sufra de personalidad múltiple.

Si no de que otra manera se explica que mientras preparaba su mágica noche se dedicara a apretar tuercas a quien muestra pacíficamente en las calles su libertad de reunión y de expresión. D. Baudilio saca su lado perverso y torticero, y como merienda a menudo con Jose María Arribas, a la sazón Subdelegado del Gobierno, ya se encargan ambos de mover los peones policiales que para eso están. Así el viernes 4 de enero de 2013, un día antes de la Cabalgata, como todos los viernes se reunía un nutrido grupo de empleados públicos mostrando en las puertas de la Delegación Territorial su desacuerdo con las políticas públicas del Gobierno y de la Junta: lo que se ha dado en llamar los “Viernes de Negro”. Normalmente esta concentración y posterior marcha por la Glorieta de Bilbao transcurría durante media hora con la vigilancia policial y sin ningún incidente. Además se había llegado a un pacto tácito por el cual los manifestantes no circulaban por la calzada, pero a cambio la Policía cortaba el tráfico para permitir el paso por los semáforos sin distinción de su color para no romper dicha manifestación.

Pero hete aquí que ese día las órdenes fueron otras y como hasta ese momento el personal se concentraba y transitaba sin la debida comunicación a la subdelegación por ser ésta de origen espontáneo, la Policía se lanzó a por los concentrados exigiendo saber quién estaba detrás de toda la organización, y amenazando con pedir la documentación para tomar buena referencia de los allí existentes y poner multas “a la madrileña”. Al final gracias a la unión del personal allí concentrado, todo acabó en una advertencia general de la necesidad de la comunicación periódica y en la imposibilidad ese día de realizar la marcha.

MORALEJA: Niños, no os fiéis nunca de un payaso fuera de un escenario, ni de un rey mago fuera de una cabalgata. El lado oscuro os acecha…


5 comentarios:

  1. No sé quién de ellos me dió con un caramelo bien gordo en toda la cocorota...pero leyendo esto voy pensando...

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  2. Ahora ya puede ser rey cualquiera. Los que matan elefantes o los que son condenados por la justicia. ¡Madre mia! que pais mas mugroso

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  3. llevaría juguetes a su cuñao el presidente de la diputación,que le dejó los zapatos en casa.

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  4. el artículo es buenísimo,como os las gastais ,madre mía....genial

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  5. Perversamente encantador....

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