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jueves, 2 de enero de 2014

Business is business

Por Basilio El Bagauda


El capitalismo y toda su ideología política y paracientífica parte de argumentos no contrastados y de falsas y erróneas ideas que sirvieron de herramientas para desmontar el feudalismo hace ya 250 años. A su vez, el liberalismo es la “filosofía” materialista en la que se apoyan las nuevas clases pudientes para cambiar el poder político de manos de la aristocracia a la emergente burguesía comercial e industrial. Y para asentarse con fuerza entre las élites comienza su despegue con dos máximas simples y fundamentales: el capitalismo es consecuencia de la libertad plena de los individuos que conforman una sociedad y causa a su vez de la aparición de la democracia; el capitalismo y los mercados son una misma cosa, y ambos están guiados por una mano invisible que procura el beneficio final de todos los miembros de la comunidad.

Ambas afirmaciones son a mi juicio falsas y si muchas personas  ven a España como la cobaya elegida por los poderes fácticos mundiales para realizar una rápida revolución neoliberal, yo la veo como el cuerpo perfecto a estudiar para demostrar todas las mentiras del propio sistema.

Como ejemplo de ello tenemos lo que de un año a esta parte se ha puesto tan de moda en los medios de comunicación: la publicación de correos electrónicos de personajes relevantes de la podrida vida política y económica española. Como todxs recordaréis todo comenzó con el “Duque Empalmado” y su ajetreada vida Real, el cual pronostico desde ya que no va a entrar en el trullo, y ahora estamos con el que sí entró en la cárcel, eso sí, menos de 48 horas, pero que no volverá a ella con toda seguridad: el inigualable Blesa, que bien podría ser conocido por “Lord of the Preference”.

Ahora se están dando a conocer sus vulgares o sofisticadas, según se mire, intenciones de forrarse a toda costa, sus relaciones con cientos de estómagos agradecidos, la compraventa de almas, los abusos de poder, el vomitivo y enfermizo ¿gusto? por todo aquello que fuera símbolo de lujo, los más que posibles chantajes en forma de champagne francés y putas y putos de lujo con los que amordazó y aún amordaza a tanta canalla que no merece compartir el mismo aire que todxs respiramos.    

Escribía el gran Víctor Hugo en “Los Miserables” que Prosperidad, ya por aquel entonces, equivalía a capacidad para el vulgo sin que le importara a nadie de donde hubiera salido el caudal. Y seguía diciendo que tampoco le importaba a nadie que un boticario inventara las suelas de cartón y acumulara una gran fortuna vendiéndolas por cuero a todo un ejército; ni que un buhonero se casara con la usura; ni que un predicador gangoso llegara a ser obispo; ni que un intendente de buena casa al salir del servicio fuera tan rico que se le hiciera Ministro de Hacienda. No importaba: los hombres llamaban, y llaman a esto, Genio.
Y en esas andamos, atrapadxs en una hedionda y densa telaraña creada por una multitud de prósperxs genixs que nos paraliza y nos consume.

Es terrible comprobar cómo tanta inmoralidad queda impune y se hace cierta la máxima de que la “Ley es esa telaraña que atrapa a los débiles mosquitos pero es arrasada por un elefante”.

También me llama poderosamente la atención que se nos esté confundiendo habitualmente en medios de comunicación como Eldiario.es, Infolibre o El País, quiero creer que de manera irreflexiva y no intencionada al menos en los dos primeros casos, con términos como “capitalismo de amiguetes”. Y sí, empleo el verbo “confundir”  porque creo que la tesis que se mantiene ante conductas como las de Blesa, Díaz Ferrán o Emilio Botín, por poner un ejemplo, es totalmente desacertada.

Nos presentan a personajes sin moral, que no se arredran ante nada a la hora de seguir derivando recursos hacia sus cuentas bancarias, con multitud de influencias y contactos con los que trafican y con un apetito insaciable de poder ilimitado, como si fueran producto de la excepcionalidad amoral de nuestros tiempos. Y es ahí donde niego la mayor: no son excepciones, son el producto de un perverso y destructivo sistema de selección entre las jerarquías que dominan el sistema económico y político, que son todo uno, y que controlan el aparataje ideológico con el que nos abducen las 24 horas a través de los medios de comunicación de masas.

El capitalismo conlleva el darwinismo social por el cual debemos mentir, traicionar, sobornar, engañar, contaminar, combatir y llevar la muerte y la desesperación a cualquier punto del globo si eso nos lleva a ganar más dinero y alcanzar un escalón más en la pirámide social.

Ellxs no son más que el ejemplo palmario de una cuestión obvia: el capitalismo junto a su ejército de mercenarixs niega la libertad al ser humano. Contempla a los hombres como un rebaño de animales domésticos, sin alma y sin dignidad: mientras producen capital les da cobijo y alimento, a ser posible abaratando costes y buscando el límite ante el cual el rebaño no se diezme. Y por lo demás ya sabemos lo que le ocurre a una oveja vieja que ni pare ni da leche…

La otra gran noticia de moda estos días es la brutal subida de la luz que, a mi entender, tiene mucho que ver con lo que aquí estoy exponiendo. A estas alturas serán pocos lxs tontxs que crean que todo esto no ha sido una mascarada, otra más, de este ominoso Gobierno.

El Ministro de Industria y Energía, lejos de defender los bienes del común, no es más que un digno heredero de lxs anteriores en su cargo y capataz del lobby de las grandes compañías energéticas de este país creadas al albur del expolio de la energía perpetrado, “ofendiendo a la Nación Española”, por Felipe González, asesor del Consejo directivo de Gas Natural Fenosa, y Jose María Aznar, asesor del Consejo directivo de Endesa. De sobra ya es conocida la inmensa lista de altos cargos del PSOE y del PP que aparecen en la nómina de estas empresas, así que tampoco conviene extenderse en este caso.

El asunto de la última subasta no es más que el fiel reflejo de cómo un bien de todos se convierte en otro producto del saqueo neoliberal: la supuesta liberalización de la energía ha dado lugar, como en otras tantas partes del planeta, a unos pocos peces gordos, hinchados a golpe de créditos bancarios, que se han comido a todos los pequeños y que se han convertido en un trust nada fingido que controla la producción, la distribución y la comercialización.

Es por ello que seguirán pactando los precios en cada una de las subastas como ha ocurrido hasta ahora, y dado que el consumidor está dispuesto a seguir soportándolo la electricidad lejos de bajar, que ya hemos asumido como imposible, seguirá subiendo.

A esto debemos añadir a una Comisión Nacional de la “Incompetencia creada a los efectos para hacernos creer que de verdad existe y se vela por la libre competencia y cuyas resoluciones no son más que papel mojado que nunca busca ni encuentra responsables de los desmanes criminales.

Otros “mierdios” hablan de pulso entre el Ministerio y UNESA, de nuevo otra falacia para seguir engañándonos. Entre ellos no se muerden y a poco que uno hurgue comprobará como los altos cargos del Ministerio a día de hoy y lxs directivxs de las eléctricas comparten mesa y cama. Basta simplemente recordar el número de subidas de precios que llevamos en los últimos 4 años; el permanente ocultamiento, especialmente en la prensa conservadora, de estas subidas; las trabas burocráticas y técnicas que se ponen a las Cooperativas de energía que se están intentando crear en todo el Estado; o la alucinógena normativa por la cual cualquier futuro y presente productor doméstico de energía no sólo no podrá venderla en condiciones de verdadero libre mercado, que eso ya ocurría, sino que además tendrá que pagar por el uso del Sol o del viento. De aquí a que nos cobren por respirar poco faltará…

Y es aquí donde se hace perfectamente demostrable que capitalismo no equivale a mercados libres.
Los mercados son medios para intercambiar bienes mediante un valor o valores (en eso se basa el trueque) que una comunidad acepta, a día de hoy el dinero. Mientras que el capitalismo es el “arte” de emplear el dinero para obtener más dinero. La mejor manera es establecer un monopolio y para ello los capitalistas se alían invariablemente con las autoridades políticas para limitar lo que se supone defienden, la libertad de mercado.

No me queda más que añadir que citando de nuevo a Víctor Hugo para definir la gran mentira en la que vivimos y de la que nadie parece darse cuenta: “los hombres confunden las constelaciones con las estrelladas huellas que los gansos dejan en un lodazal”.

1 comentario:

  1. gracias por esta magnífica reflexión y fuerza para seguir en esa lucha...

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