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miércoles, 9 de septiembre de 2015

No al fracking estará presente en la Vuelta Ciclista a España



Por Asamblea Contra el Fracking en Burgos 


Desde la asamblea contra el fracking, deseamos invitaros a participar de forma visible, y a rechazar el fracking en la etapa ciclista de la vuelta a España que va a recorrer por la ciudad de Burgos.

Será el Miércoles 9 de Septiembre desde la 13:30 hasta las 17:40 aproximadamente.
Después del resultado positivo que se vio a primeros de Agosto en la vuelta a Burgos (se retransmitieron bastantes puntos de la etapa, donde salió gente con camisetas o pancartas contra el fracking) queremos repetir de nuevo y con una llamada mucho más amplia para que se implique mucha más gente todavía. Es una nueva y buena oportunidad de demostrar que no queremos el fracking.
No nos vamos a cansar de repetirlo. NO vamos a dejarles que contaminen la tierra.

A ponerse guapos y guapas con disfraces o sin ellos, porque vamos a salir en la tele con nuestras pancartas, camisetas, carteles, etc.

Como consejo deciros de que en la meta hay cámaras fijas donde ubicar pancartas guapas que tengan buena letra para que se puedan leer bien. La etapa va a subir el castillo desde el acceso del antiguo hospital; ahí hay mucho sitio para ubicarse y las motos con cámaras van a estar mucho tiempo pasando.
Se repartirá material para difundir ese día, pero si queréis hacer vuestros carteles propios, os animamos a hacerlo.
Ese día la gente irá a disfrutar del evento deportivo. Seamos respetuosos y evitemos conflictos con gente que al final no es culpable de nada, excepto de creerse "realidades" sin contrastarlas.
Por nosotros,
por nuestra gente,
por las siguientes generaciones que todavía no pueden decidir,
por el agua que tanto nos da,
por el patrimonio natural e histórico.
por la tierra y los animales.

La Asamblea contra el Fracking en Burgos somos un grupo de personas alarmadas por esta barbarie que quieren cometer, la fracturación hidráulica, y os animamos a participar en las asambleas de vuestra zona, porque esto no es cosa de unos cuantos, es algo que nos repercute a todas las personas de la ciudad o la provincia. Tenemos nuestros trabajos, familias que atender o ganas de disfrutar en los días de descanso. No somos super-héroes que tengamos la fortaleza de poder erradicar el fracking nosotros solos con un soplido; tenemos que ser mucha masa social para que se avergüencen, se cuestionen si les va a salir rentable esta locura.
Por eso pedimos esfuerzos, compromisos  y que  busquéis la forma de hacer campaña contra el fracking. Que seamos conscientes de lo que supone el fracking para el futuro. 
Os animamos a que vengáis a colaborar, que trabajemos juntos en campañas para decir que no lo queremos, que no lo vamos a permitir. 
Sabemos que hay muchísimo trabajo que se hace desde el anonimato, en silencio y decimos olé a ese trabajo constante, bravo. 
También vemos que hay muchísima gente que no actúa, pero sabe lo que es y por supuesto no lo quiere. Porque NO hay diálogo posible ante el destrozo, contaminación y accidentes que cause el fracking. NO son cosas que se dialoguen.

NO a la fracturación hidráulica, NO al fracking.
Ni ahora, ni nunca.
Ni aquí, ni en ningún sitio.



martes, 13 de enero de 2015

Mafiocracia II. Burgos ante el abismo

Ruinas del Castillo de Burgos 
Por Carolina Rueda Tenaz

Si la superstición no invocara a la mala suerte pensaría que el extraño incendio de Campofrío es un indicio del nuevo cambio ciclo al que se asoma temerosa nuestra ciudad.  Hace medio siglo  Burgos vivió una tardía revolución industrial que ahora es conmemorada por  la élite heredera del tardofranquismo con exposiciones a lo Walt Disney.   El evento tiene más de funeral que de boda.  Burgos, que era la ciudad más rica de Castilla y León, se desangra mes a mes por las costuras del paro y el destierro de la gente joven.  Lacalle  ni siquiera puede esgrimir  las absurdas cifras macroeconómicas de las que habla Rajoy para hablar de una tibia recuperación.  En nuestra ciudad, el paro sigue subiendo y la provincia ha perdido más de 4.000 habitantes en el último año, una auténtica hecatombe demográfica.  Burgos está en liquidación total por el saqueo continuado al que ha sido sometida por las personas que más aparecen en la prensa local, y 2016 aparece en el horizonte amenazante como el año en el que se tendrán que poner las cartas marcadas sobre la mesa.  O hay un cambio radical antes o todo hace pensar que ganará la banca. 

El oasis económico e industrial de Castilla y León se va con ritmo ligero por el sumidero. Hasta ahora lo que diferenciaba a Burgos de una ciudad como Zamora eran dos cosas, en primer lugar, el poseer un músculo industrial que proveía unas rentas y un poder adquisitivo elevado, lo que a su vez impulsaba la segunda diferencia:  el hecho de que en Burgos hubiera dos entidades de ahorro y financieras independientes, circunstancia excepcional no sólo en Castilla y León sino en todo el estado.     Las reformas laborales, y las políticas empobrecedoras que con tanto celo han aplicado PP y PSOE se han unido a la corrupción política y empresarial  autóctona para acabar con el corazón económico de la ciudad.  En un futuro no muy lejano, Burgos, en lugar de medirse con ciudades como Vitoria o Valladolid, tendrá que hacerlo con urbes del tipo de  León, o incluso Palencia.

Una vez asumido el papel secundario en el ámbito político dentro de una comunidad centralista como Castilla y León, a Burgos le quedaba la baza económica y financiera para reclamar su relevancia en la región.  La nuestra era una ciudad rica y con una gran capacidad de ahorro.   Sus dos entidades de ahorro eran la mejor muestra de ello. La Plaza de España y la Calle Santander funcionaban como una pequeña city y en Burgos había capacidad para tomar decisiones autónomamente sin mirar a Valladolid.  Cabe pensar que hoy seguirían existiendo y que no serían sucursales de la Caixa y Caja3 en el caso de que hubieran cumplido con la función que se les suponía, pero la mafiocracia burgalesa no estaba dispuesta a soltar la ubre de los millones del ahorro de las y los burgaleses, así que, en lugar de reinvertir el ahorro de la gente de la ciudad en cuestiones productivas se lanzó a la especulación urbanística.  Las cajas que debían favorecer la función social del crédito decidieron arruinarse mientras promovían el negocio de los constructores. De este modo participaron activamente en la burbuja inmobiliaria que encareció desorbitadamente las casas de sus impositores a muchos de los cuales, después  ha tratado de desahuciar.   

Gracias a los silencios e intoxicaciones de la prensa local aún nadie sabe cómo han desaparecido CajaBurgos, CajaCirculo, y los cerca de 15.000 millones de euros que poseían en activos.  Pocas líneas han merecido en la prensa burgalesa la que pasa por ser una catástrofe mucho peor para Burgos que el incendio de Campofrío.  Hoy sabemos que José María Arribas, último presidente de CajaBurgos, ha sido imputado gracias a una denuncia de UPyD.  También sabemos que, al parecer, CajaBurgos, la entidad que dirigía concedió 34 millones de euros a sus propias empresas, dinero que no fue devuelto porque las empresas cerraron. 
Sabemos que contó con el apoyo tácito o explícito de la casta en su desastrosa gestión, no sólo los Aparicio, Herrera, Lacalle e Ibáñez, o Leal,  también con los traidores a la clase trabajadora PSOE, UGT y CCOO.   Sabemos  que, en pago a su buena gestión, José María Arribas  trabaja como presidente de Eficanza en la empresa dueña del Hospital Privado de Burgos.  Hoy también sabemos que los empresarios, algunos de los cuáles tanto han hecho por hundir las cajas, levantan hoy la voz para quejarse amargamente de que en Burgos no hay interlocutores con capacidad de decisión.  Se quejan de que sólo quedan  monigotes que se dedican  a levantar el teléfono para pedir permiso tratando de esforzarse al máximo en clavar el acento aragonés o catalán.  En definitiva hoy sabemos que gracias a todos ellos Burgos es una ciudad con rango de sucursal, sin capacidad para decidir nada.


Otros de los factores que bogan con fuerza hacia la insignificancia de Burgos es el final de un tipo de relaciones laborales y también el fin de una élite de industriales autóctonos con cierto vínculo con la ciudad.  El ayuntamiento puede poner una muy populista pancarta diciendo que Burgos es Campofrío.  Pero de lo que no cabe duda es que Campofrío no es burgalesa sino china y mexicana, y que tienen unos accionistas que no saben donde está Burgos aunque estarán encantados de repartirse como dividendos los 12 millones regalados por el ayuntamiento sin que aún se sepa la causa del incendio.  Como Campofrío hay muchas otras empresas creadas por gente de Burgos que serán vendidas, o que están siendo heredadas por  gente que no tienen, ni el vínculo con Burgos, ni el interés ni posiblemente el talento de los fundadores.  Como hemos dicho, unas se venderán, otras se deslocalizarán, y las que queden se verán sometidas a condiciones de trabajo cada vez peores, con recortes de sueldos y derechos, en un sistema que se asemeje cada vez más al de las maquilas mexicanas, o incluso al modelo de producción chino.  Si no hay un vuelco político de primer orden,  los sueldos de la industria van a depauperarse progresivamente y asemejarse más a los del comercio, frecuentemente mucho más bajos con lo que, aún en el caso de que Burgos sea capaz de mantener su tejido industrial los obreros trabajarán en condiciones mucho más precarias y tendrán menos capacidad de consumo.   El pequeño comercio no saldrá de la crisis, si además el PP y el PSOE siguen favoreciendo a  los grandes supermercados y centros comerciales en lo referente a política de horarios y exenciones fiscales no tendrá alternativa para competir.  El pequeño de comercio, que era síntoma del vigor de una ciudad, y que aseguraba que una serie de decisiones se tomara en la ciudad seguirá con paso firme hacia su insignificancia o extinción.

La que fuera la ciudad más rica de la meseta está arruinada porque hizo demasiado fuerte a la élite que aún la parasita.  Parte de esta élite está disolviéndose, ya hemos hablado de la degeneración de los responsables financieros, y de la desaparición de los grandes industriales.  Nuestra ciudad también ha sido testigo de la aniquilación de la casta de los constructores, con los Tubitos, Arranz Acinas, Aragón Izquierdo.  A buen seguro cada uno de ellos estará forrado, pero políticamente no cuentan.  Sólo queda en el horizonte los herederos de la familia Méndez Ordóñez.  Sin embargo también aquí hay una degradación.  Según el periódico El País las empresas de la familia acumulan una deuda de 1.300 millones de euros.  Si esto se confirmara  los herederos del patriarca serían más ricos por lo que deben que por lo que tienen, aunque eso no les impide seguir controlando a la ciudad como si fuera su finca.  Hace unos años, cuando aún no había empezado la debacle económica, uno de los hijos presumía públicamente de haber pagado un viaje a Lacalle por su “lealtad sin límites”.   El plan era que las obras innecesarias y absurdas fueran el pretexto para conseguir una transfusión de rentas públicas a bolsos particulares.  La crisis hizo variar  el escenario pero no el fondo del asunto.  Ahora ya no se trataba de transferir beneficios a manos privadas como el de transferir la deuda privada a las instituciones públicas.  Las empresas de la familia están enjugando su deuda traspasándosela a la ciudad.  Este es el escenario en el que debemos entender la obra del bulevar de Gamonal, el de la absurda Plaza de Toros,  y sobre todo el de los más de 2.000 millones de euros que nos va a costar el Hospital Privado de Burgos si no se hace justicia.

La estructura de la ciudad se tambalea.  Los datos del paro y de la emigración lo confirman cada día. Todo hace pensar que lo hará aún más el próximo año.  Burgos es hoy una ciudad arruinada, y anémica porque ha sido vampirizada desde hace más treinta años por una casta extractiva y parasitaria.  Políticos, empresarios y sindicatos de la casta se han conjurado contra nuestra ciudad.  Si en 2015  no hay un cambio radical en las relaciones de poder y en las políticas de la ciudad, posiblemente en 2016 año en el que Burgos soñó con ser capital europea de la cultura, Burgos  ya sólo podrá aspirar a ser una sucursal de regional preferente.  Al paso que vamos tendremos que poner la catedral en almoneda. 


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Mafiocracia en Burgos

domingo, 7 de septiembre de 2014

El Bulevar de Gamonal y la expansión urbanística



Por Víctor Atobas

Al igual que sucedió con el Bulevar de Gamonal, cubrir la Plaza de Toros es otra obra faraónica que sirve para absorber el excedente del sector inmobiliario. En el caso de Burgos, el sector diversificó su cartera de productos hacia suculentos contratos en los servicios públicos huyendo de los fondos secos de rentabilidad, durante el periodo previo a la crisis.

El crecimiento urbanístico de la ciudad impidió mantener la tasa de ganancia media en el sector, cuya inversión se realizó de forma paralela a las actuaciones públicas que revalorizaban el centro de Burgos, buscando zonas de expansión y abandonando las periferias. El modelo urbanístico fue encaminado a canalizar ese excedente que se había generado con la burbuja inmobiliaria, hasta que el crecimiento no pudo ser absorbido ni materializado a través de la política especulativa sobre el suelo, que genera desigualdades dentro de la ciudad, disgregándola en barrios obreros como Gamonal y en opulentas zonas como La Castellana. Quedaron vacíos los edificios y los esqueletos de hormigón, erguidos e impasibles en el horizonte, moteados de carteles rojos y blancos y amarillos en los que podía leerse en venta.  Echaron a la gente de sus casas, mientras se lavaban las manos y buscaban negocios más rentables. El caso del HUBU y de la UTE EFICANZA, en la que se encuentra también Méndez Pozo; el Jefe cuestionado de la ciudad, derrotado por los vecinos de Gamonal y de Burgos durante las históricas movilizaciones de enero que, por cierto, han recibido distintas lecturas ideológicas.

Manejo la siguiente hipótesis, aunque no he podido corroborarla. La inversión del Bulevar sería la prueba de que el capital necesitaba fondos rentables, y el Ayuntamiento diseñó el Bulevar bajo las pretensiones de dar salida a los excedentes del sector inmobiliario y de incrementar el precio del suelo, repercutiendo en la variación de las rentas y alquileres, o en el costo por el transporte. Cualquier actuación urbanística en un punto concreto de la ciudad, afecta al resto de la ciudad, compuesta de interrelaciones.

El Bulevar buscaba un incremento de los precios del suelo de Gamonal, sobre todo calles y comercios adyacentes, con la predicción de que el barrio dentro de algún tiempo se convertirá en el “centro de Burgos”. La expansión de la ciudad conllevaría la creación de nuevas periferias definidas respecto a la centralidad del casco histórico y las centralidades surgidas en el futuro, entre las que se incluiría un Gamonal totalmente reformado del que el Bulevar habría sido su nave nodriza.

Esto supondría un cambio respecto a lo que Gamonal ha supuesto en la predicción espacial, siempre caótica y caracterizada por contradicciones. El barrio cambiaría, siguiendo esta hipótesis, su estatus suburbial a una zona en expansión donde confluyeran los intereses del capital; construyendo el Bulevar, el suelo se revalorizaría, suponiendo un punto todavía muy primerizo de la estrategia urbanística pensada para las siguientes décadas. Si los precios de las viviendas y los alquileres subieran, entonces la clase trabajadora se vería obligada a trasladarse, dada la bajada de salarios. Ante el deterioro y el expolio de los servicios públicos, las condiciones de existencia empeorarían. Surgirían recintos privatizados, vallados, vigilados, artificiales, ocupados por la pequeña burguesía y los profesionales liberales, y la población de renta baja sería expulsada del centro y de los barrios que hubieran captado la atención de los inversores.

Si el precio del suelo fuera aumentando, y los flujos expansivos del capital se centralizaran en un Gamonal convertido en “el centro de Burgos”, probablemente las empresas y los comercios llegarían acompañados de un inmenso plan de inversión pública, al igual que ocurre en estos casos, dando salida al plusvalor generado con la especulación y las lógicas acumulativas. La creación de nuevos barrios como el G3, así como las limitaciones geográficas con las que cuenta la expansión de la ciudad, podrían ubicar a Gamonal como una zona; más que en expansión, como hemos dicho antes, en transformación.

El parque de viviendas tan viejo y la precipitada construcción de barriadas para la clase obrera, que convivía junto a las fábricas y las huertas y los cuarteles, sería uno de los principales escollos para la transformación de Gamonal en una zona más cara, el suelo aumentaría su valor de cambio artificialmente, siguiendo las lógicas especulativas del capital, incluidas inversiones públicas como el Bulevar o la privatización de las plazas de aparcamiento. Otro de los escollos lo plantea el movimiento vecinal, que propuso alternativas a la construcción del Bulevar y que se encuentra en conexión directa con la realidad social del barrio.

Ante esta hipótesis se abren dos caminos. Si la estrategia del capital, y por tanto del Ayuntamiento, se centra en transformar Gamonal de cara al futuro para albergar allí la confluencia de los flujos económicos, entonces el barrio tradicional de Gamonal morirá y la población obrera será sustituida por aquella de rentas más altas, desplazándose a las nuevas periferias. El otro camino tomado por el capital sería el abandono total de Gamonal, más allá de alguna actuación de tinte electoralista. Si el movimiento vecinal expande el “derecho a la ciudad”, reproduciéndose en otros puntos de la ciudad y dirigiéndose a la masa, el modelo urbanístico será puesto en entredicho. Levantan el asfalto, entierran tus derechos.


domingo, 17 de noviembre de 2013

Javier Lacalle: el alcalde Nini

por Carolina Rueda Tenaz

Francisco Javier Lacalle es un alcalde  Nini:  Ni ideas, ni dinero.  No tiene  ideas para adecuar la política a la cruda realidad de la crisis en la ciudad, y no tiene dinero para seguir realizando la política que nos ha llevado a ser una de las ciudades más endeudadas de España.  Los cerca de 500 millones de euros de deuda hablan de una ciudad que corre el riesgo de seguir los pasos de Marbella o Detroit.  La cosa tiene tintes de tragedia griega, de las clásicas o de las contemporáneas elijan la que quieran, pero al final quien va a pagar los platos rotos no va a ser el principal muñidor de la política de la ciudad en el siglo XXI sino toda la ciudadanía.

Nadie ha defendido como él los intereses de las grandes empresas constructoras de la ciudad durante la burbuja inmobiliaria.   Durante el periodo dorado de la fiebre del ladrillo, 2003-2008,  mientras el dinero corría a raudales entre los Aragón Izquierdo, Arranz-Acinas,  Tubitos, y  Mendez-Pozos, miles de burgaleses eran encadenados  a hipotecas vitalicias, Lacalle, entonces concejal de “fomento” y alcalde de facto en las largas ausencias de Aparicio, se había propuesto transformar la ciudad a base de excavadora y hormigonera.  Entre sus debes se encuentra el haber sido uno de los principales promotores de  grandes fiascos como el aeropuerto de Burgos, que compite con el de Castellón, Huesca o Albacete, como paradigma de la locura y la irracionalidad en la construcción de infraestructuras innecesarias.  

Lacalle es también uno de los principales responsables del tsunami financiero que amenaza a la ciudad como consecuencia de la construcción de lo que se conoce como bulevar ferroviario.  Lacalle  fue a por lana y la ciudad ha salido trasquilada.  El alcalde quiso subirse a la ola de la especulación con esta obra y aceptó que el ayuntamiento pagara el desvío del tren a cambio de los terrenos liberados por RENFE.  Con el precio de los terrenos y las viviendas subiendo dos dígitos anuales la operación parecía suculenta.  Sin embargo, la pertinaz crisis hizo su aparición, y los terrenos prometidos ya no valían nada porque a nadie interesan.  El balance del primer bulevar de Lacalle nos ha supuesto más de 100 millones de euros de deuda.  Y el bulevar sin terminar.

Lacalle, en lugar de enmendarse, no quiso ser consciente de los nuevos tiempos y en plena  oleada de recortes siguió tirando de crédito para empezar obras no siempre deseadas por los vecinos, o al menos controvertidas, como la Isla, o la transformación de la Plaza del Rey San Fernando.  Estas obras costaron cerca de 8 millones de euros y se realizaron en 2011 siendo terminadas justo antes de las elecciones municipales.   Javier Lacalle se hacía de esta manera un regalito a sí mismo pagado con intereses por todos los burgaleses.   Sin embargo, a pesar de las obras realizadas, y del desplome generalizado del PSOE,  Lacalle perdió apoyos con respecto a las candidaturas de Aparicio. 

Cuando ya se ha esfumado la mitad de una legislatura caracterizada por los recortes en personal, la subida de tasas e impuestos municipales y por las dimisiones de concejales sospechosos de corrupción Lacalle pretende poner en marcha lo que considera sus dos grandes obras de legislatura, el  Burgos Arena, y el Bulevar de la Calle Vitoria.

 ¿A qué se debe esta tozudez?  ¿Es lo que más necesita la ciudad? ¿A qué viene insistir en una política suicida que tan malos resultados ha dado?  ¿Por qué hacer obras cuando incluso los vecinos muestran una nada velada hostilidad a las mismas?  Las explicaciones pueden ser varias y van desde la sicología patológica a la realpolitik municipal.

 En primer lugar, cabe decir que, ni al propio alcalde se le escapa que, en el mejor de los casos, es un político mediocre  y un malísimo candidato.  Entre sus huestes no levanta las simpatías de Aparicio y a pesar de que hay quien dice que un mono liderando la lista del PP en Burgos saldría de alcalde, es muy posible que a Lacalle se le esté empezando a aparecer con frecuencia el espectro de Ariznavarreta.  Lacalle es un alcalde acomplejado, necesita presentar algo palpable: obras, carcasas, continentes sin contenido,  no importa que sean tan espectaculares como absurdas e ineficaces.  La falta de carisma y de encanto de Lacalle le hace buscar estas obras, aunque ahora ya casi nadie se las pida.  Lo paradójico del caso es que una parte creciente de la ciudad empieza a mostrar un rechazo  a esas obras, porque las toman como megalómanas y contradictorias con  la letanía de austeridad a ultranza.  Sin embargo, la principal razón del creciente rechazo es que, al no poder acudir al crédito, los ciudadanos empiezan a establecer una relación directa entre las obras frivolas del alcalde y las numerosas subidas de tasas e impuestos de estos últimos años.


Es cierto que probablemente Lacalle no tenga desarrollado el pensamiento abstracto aplicado a lo público, y por eso no conciba otra política que la que se plasma en el espacio tridimensional.  Sería injusto, sin embargo no reconocerle alguna virtud.  El alcalde está siendo fiel hasta el final al lobby de las empresas constructoras, incluso ahora, que no son ni sombra de lo que fueron.  Empresarios que, lejos de crear riqueza, están dejando cicatrices en el rostro de la ciudad que quiere ser Patrimonio de la Humanidad.   Acaso para saber el porqué de una fidelidad a una política tan absurda y tan injusta haya que remontarse a esos viajes que el hoy alcalde hizo a la Costa Azul en 2006 acompañado de algunos de los constructores de la ciudad.  Lacalle o lacayo, lo dicho:  un alcalde  Nini.  Ni ideas, ni dinero…ni vergüenza.


viernes, 17 de mayo de 2013

Fracking: la nueva burbuja económica

Por Burgos Dijital

Este sábado tendrá lugar en Burgos una manifestación masiva para mostrar nuestro desacuerdo con la técnica de extracción de gas mediante fracturación hidráulica, o con su nombre en inglés, fracking.

Rápidamente, para los que aún no saben en qué consiste, se trata de la extracción de gas natural mediante la fracturación de la roca madre (pizarras y esquistos). Para extraer el gas atrapado en la roca se utiliza una técnica de perforación mixta: en primer lugar se perfora hasta 5000 metros en vertical y después se perfora varios kilómetros en horizontal (2 a 5). Entonces se inyecta agua con arena (98%) y una serie de aditivos químicos (2%) a gran presión. Esto hace que la roca se fracture y el gas se libere y ascienda a la superficie a través del pozo. El proceso se repite a lo largo de la veta de roca rica en gas. Parte de la mezcla inyectada vuelve a la superficie (entre un 15 y un 85 %). ¿Y el resto? Pues suponiendo que vuelve el 85% del agua con productos químicos que no sabemos con exactitud cuáles son ni en qué proporciones se vierten, queda un 15% en “tierra de nadie” que se filtra y pasa a los acuíferos, esos que alimentan nuestros ríos y embalses, y que llegan hasta nuestros grifos y nosotros bebemos. Pero puede que sea un 15% el que sale a la superficie, y el restante 85% el que se queda por ahí contaminando agua y suelo...
La técnica de extracción de gas no convencional denominada fracking lleva años aplicándose en varios países, sobre todo en Estados Unidos, donde se han constatado una serie de problemas asociados a este tipo de explotaciones. Entre los problemas que causa el fracking al entorno de las explotaciones donde se emplea esta técnica podemos destacar:
  • Contaminación de las aguas superficiales y subterráneas.
  • Contaminación del aire.
  • Afecciones a la salud humana.
  • Alteraciones del paisaje y el terreno.
  • Contaminación de suelos al cerrar los pozos.
  • Riesgo sísmico.
En Dakota del Norte, por poner el ejemplo de uno de los lugares más perjudicados por estas técnicas, se han perforado unos 8000 pozos en los últimos años. Más de 500.000 pozos de gas de pizarra han sido ya perforados en los EE.UU. desde 2005. Aquí, las perforaciones se pretenden hacer (algunas ya se han llevado a cabo, con y sin permisos...) en las zonas montañosas que nos rodean.
Hay sitios que se van a salvar, ¡gran noticia! La Ribera del Duero. Poderoso caballero es don Dinero... ¿Cuánto habrán pagado los bodegueros para que las principales empresas dedicadas al fracking hayan decidido, motu proprio, retirar su intención de perforar en la zona?
Ya que hablamos de dinero, ese parece ser el gran misterio del fracking. Según los especialistas, todo apunta a que será la nueva burbuja económica que nos afectará en el futuro más cercano. La inmobiliaria no ha sido suficiente; la financiera tampoco. Con un país sumido en la crisis y la ruina absolutas, el fracking nos salvará. Claro. Claro que salvará, pero no a nosotros, los ciudadanos. Salvará a banqueros asociados a empresarios de los hidrocarburos, que ven cómo su gallina de los huevos de oro se agota y necesitan nuevos campos en los que “invertir”. Numerosos estudios hablan ya del fracking como la tercera burbuja económica que afectará a la economía mundial. Ellos ganan dinero, nosotros pagamos las consecuencias. Porque a nosotros, lejos de salvarnos de nada, nos provocará enfermedades respiratorias, cáncer, etc., resquebrajará nuestras casas, contaminará nuestros ríos, el subsuelo, el suelo, matará animales, y cambiará para siempre nuestro ya de por sí ajado paisaje natural.

Acude a la manifestación. Paremos el fracking.
No al fracking, ni aquí ni en ningún sitio.

Leer y saber más sobre el fracking:





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